Son las tres de la mañana, estoy en la cama con mi sobrina durmiendo. Tras preparar los Reyes como buen Melchor que soy, y pasar una noche tranquila viendo como mi sobrina aún sigue siendo inocente, ...comienza a sonar mi teléfono. Asustada, corro a la mesita, con desespero, casi como si me faltase el aire. Ha pasado algo, joder. Mi cabeza empieza a regir, joder, se me cae el móvil al suelo y creo que me va a dar algo, joder estoy en casa de mis padres, todo está bien ... Quien Coño llama a estas horas? Por fin reacciono, estoy en casa, mis padres están bien, mi sobrina está bien. Quien llama? Cojo el móvil del suelo como puedo, medio dormida y frotándome los ojos. Es Mr. Grey. Acierto al botón verde y acercó el teléfono a mi oreja.
- Joder que susto me has dado! Que pasa? - consigo decir tras mi despertar horrible.
- Podemos hablar? - consigue decir entre balbuceos.
- Vas borracho? - Consigo formular la pregunta, aunque mas bien es una afirmación. Pero que clase de imbécil llama a las tres de la mañana el día de Reyes borracho como una cuba? Esto me está superando, e intento calmar mis deseos irrefrenables de cometer un asesinato sin premeditación.
- He bebido un poco, emmmm (pausa) estoy en la portería de tus padres. ¿Puedes bajar?
Se hace una pausa en mi cabeza, ya que intento no parecer una psicópata, o por lo menos que mi voz o mi contestación no suene a eso. Salgo de la habitación, dejo a mi sobrina tranquila durmiendo, y voy a la cocina, allí tengo los cuchillos cerca.
- Emmmm ... ¿Sigues ahí? ... Puede que no haya sido buena idea.
- ¿Puede...? Pero se te ha ido la olla por completo? En que coño estabas pensando?
- Necesito hablar, ¿puedes bajar o no? He estado hablando con Alberto y creo que tenemos que hablar.
- Buff, dame diez minutos.
Consigo enfriar mi cabeza, aunque interiormente llevo un cabreo descomunal. Me hierve la sangre, y el enfado va creciendo a medida que me voy quitando el pijama, y voy vistiéndome para poder salir a la calle. Aún me estoy cuestionando el hecho de qué estoy haciendo, y porqué mis amigos creen que mi disponibilidad es de open 24 hours. Sigo enfureciéndome más, y mi cabeza va a explotar en cualquier momento de tanta sangre acumulada. Bajo las escaleras y lo veo plantado en la puerta. Abro la puerta de cristal con el mismo cabreo que llevaba cuando he cogido el móvil.
- Se puede saber que coño le pasa a tu cabeza? - es lo primero que sale de mi boca, sin pensarlo, sin más, tan solo quería entender que le pasa a alguien para despertar a otro a las 3 de la mañana.
- Tenemos que hablar, y creo que este es el momento ... Emmmm vamos a tomar algo, sabemos que hay algo abierto.
- No, no voy a tomar nada, pero que poyas te pasa?, joder que coño haces llamándome a estas horas borracho como una puta cuba? - creo que a veces soy demasiado mal hablada. Pero la sangre me hervía.
- Es en serio, tenemos que hablar, Alberto y yo hemos hablado y ...esto no es .... Como lo dirías tu - sonrió - SANO
Dijo cada letra de la palabra SANO como si le fuese la vida en ello.
- Me cago en la puta, que coño quieres y ?... Alberto es gilipollas. ¿se puede saber de que coño habéis hablado?
- Vamos a tomar algo tranquilos, tenemos que hablar de esto muy en serio - alzó su mano y acarició mi cara, el acto reflejo fue inmediato, alcé mi mano y la aparté de mi cara.
- Te lo pido muy en serio, para, ..., no quiero mas juegos ni mas tonterías, hablamos, tomamos algo y me voy. Eso si, tienes dos horas y no quiero escuchar gilipolleces - sentencie, estoy harta de escuchar tonterías, idioteces y a esas horas menos. Dirigí mis pasos al único garito que conocíamos que a esas horas estuviese abierto. Él me seguía, sus manos metidas en la americana y con cara de no haber roto un plato,mientras yo, solo pensaba en partirle la cara.
Nos sentamos, pedí un par de copas, la suya por supuesto sin alcohol y tras sentarme en el sofá tan solo espeté
- qué coño te pasa? No quiero escuchar escusas ni gilipolleces
- Emmmm te acuerdas de lo que el otro día dijo Rafa, respecto a tus ojos?
- Se puede saber que coño os ha dado a todos por mis putos ojos? Joder, solo me veis triste, no os alegrais por mi - y de repente Alberto vino a mi mente - ... Que te ha dicho Alberto? Y no quiero tonterías, ni mentiras.
- De verdad quieres saber lo que pensamos todos? - cogió mi mano fuerte, sin darme tiempo a apartarla y me miro a los ojos. Tiré de mi mano y conseguí salvarla de una amputación.
- Quiero saber lo que escondeis y lo que habláis, ya basta! - y grite como hacia años no hacia.
- No creo que te convenga encabronarte antes de saber que Alberto no tiene la culpa, llevo tiempo sonsacándole algunas cosas, incluso mi hermano piensa lo mismo y ...
- Tu hermano? Pero que pasa, os aburría hablar del tiempo? Y hablar de mí a mis espaldas, ... sois patéticos. - deseaba mandarlos a todos a la mierda y chillarles a cada uno de ellos.
- Puedes escucharme un segundo? Alberto, Sergio, no tiene nada que ver con que te critiquemos, no creas eso un solo segundo - se revolvió el pelo y soltó un bufido desde lo mas profundo de su alma.
- A ver, imbécil, dime lo que tengas que decir, estoy harta de todos vosotros y sobretodo de ti, te crees que puedes .... Te crees que puedes meterme en una burbuja, que nadie me hable, que nadie me mire? Pero es que no ves, que siempre la lías por semejante idiotez como que un amigo se acerque a darme dos besos. Tu te crees que es normal lo de fin de año? - cogí carrerilla - Siempre hacéis lo mismo, y tú - lo señalé directamente a la cara - y tú deja de hacer de superheroe por la vida.
- No sigas por ahí, te lo advierto - me interrumpió y su tono sonaba igual de amenazante que una madre con una zapatilla en la mano - si sigues por ahí vas a hacerme decir cosas que no quiero. - volvió a revolverse el pelo, sabia que estaba nervioso porque ese tic lo teníamos ambos.
Me envalontené, cogí la copa le di un trago largo y continué con el discurso: - Vaaaa dímelo, no has venido a eso, borracho, dime lo que tengas que decir y deja de hacerte el Mr Grey, sabes que eso no te funciona conmigo, dímelo va! - esta vez el tono más bien chulesco era el mío.
- Emmmmm, esto va a doler, pero tu lo has querido - volvió a sonreír, creo que lo odiaba con toda mi alma, esa sonrisa cínica, hacia que me enfureciera más - emmm aun no nos creemos que estés así, y yo mucho menos. Se supone que tenemos que creer que ... Es igual
- Sigue - dije, aunque sabía que eso iba a doler y mucho, esas declaraciones no iban a ser fáciles de digerir.
- No me creo, que, como lo vas a aguantar? En serio, como lo vas a hacer? Cuando vas a salir corriendo? Sabes que no encajas en su vida y eres TU - nuevamente enfatizando y señalándome - la primera que crees que no encajas y que eres un capricho. Que vas a hacer cuando se aburra? Sabes que lo hará, ... No eres la típica mujer a la que alguien presentaría en una fiesta familiar . Lo sabes. Sigo? ....
Enmudecí, no sabia que decir, realmente quería escuchar mis peores miedos? Era tarde y no supe reaccionar.
- Sigue ..
- Sabes que eres SU capricho, que no vas a ser nada mas allá que alguien que ha pasado. Aunque no lo creas, no vas a estar en su pensamientos para siempre. Durante cuanto tiempo? Tan solo te quiere en su cama y nada más, tu eres la primera que lo dices.- frotó nuevamente su frente, cada vez me parecía menos borracho - Que te está pasando? En serio la señora fría se ha enamorado? Y que harás cuando te de la patada? Llorarás a solas como siempre, no pediras ayuda a nadie y,.... Y no apreciará una mierda lo que ha tenido. Joder que te ha hecho?
- Vale ya!, te lo pido por favor, no me merezco esto, en serio. - me hice la fuerte y no solté ni una lágrima, pero sabia que todo eso lo había pensado, se lo había dicho a Alberto y ahora salía de su boca, con mil puñales directos a mi corazón.
- Voy a seguir, me arriesgo a todo lo que me puedas negar. Crees que te va a querer? que te quiere de verdad? Ni siquiera tú sabes lo que es querer a nadie a decir verdad. Joder como empezar con todo esto.... No te voy a negar que en este tiempo no me he acostado con nadie, no te voy a mentir, pero....
- Que mierdas quieres decirme.? Que nadie me puede querer? Que no me merezco a nadie? Y, se puede saber, que coño me importa a mí a las tías a las que te has tirado?
- Por favor escucha - volvió a cogerme del brazo - claro que te mereces a alguien, que te quiera como eres, eres .... Perfecta. Quién no se iba a enamorar de ti? Escuchame, y esta vez de verdad, te lo daría todo, absolutamente todo, sabes de lo que soy capaz. Nunca te ha visto mal, lo sé, como va reaccionar? Y tus ataques de pánico? Y tus pesadillas?
- Se pude saber a que viene esto? - arrastre mi brazo, tan solo quería huir, y mire a mi alrededor.
- A que viene? A que yo no aguantaría que te fueses con él, entiendo sus celos, yo estoy que ... Nunca has sentido esto por nadie, que te ha hecho?
- Se puede saber a que viene tanta pregunta tonta y tanta gilipollez sin acabar?
- Joder, que es verdad, que ofrecí buscarle trabajo a Alberto porque sé que es lo mas importante para ti, y así poder arrastrarse con él. No lo entiendes? Sabes la suerte que tiene? Ojala pudiese echármelo a la cara y decirselo, porque vas a ser un juguete. Y por supuesto que voy a estar para recoger tus pedazos, pero... No quiero que té haga daño. Sabes que te juré que jamas volvería a hablar de lo nuestro porque para ti ...sabemos lo que fue para ti, pero para mi no. Y te lo daría todo, no dudaría un segundo ... Lo que me pidieras, tan solo tendrías que abrir la boca y lo tendrías ... Dime algo, por favor.
Callé, tan solo callé, me importaba muy poco esa declaración de principios o de lo que coño fuese, tan solo pensaba en mis miedos. Era verdad, por mucho que le quisiera, ... ¿y si tan solo era un capricho? Y si .... Tantas cosas.... Tantos miedos. Quería correr. Es verdad que siempre he pensado que no soy la típica chica que nadie presentaría a sus padres, tampoco lo quería pero ... No encajaba en su vida, eso lo sabía.
- Dime algo, no te calles, dímelo ... Si quieres cancelar todo lo entenderé. Pero quiero que sepas que jamas te tocaría, lo sabes, ante todo sigues siendo mi amiga, y para mi es lo mas importante. .... Mirame... - acarició mi mano nuevamente y la volví a apartar - no me alejes de ti.
- Sois unos gilipollas y por supuesto os podéis meter vuestras opiniones por el culo. Os pensáis que todo es perfecto ... Iros a la mierda, y tú el primero, me conoces, no necesito un guardaespaldas, ni que me compres. No entiendo a que viene esto, y Alberto, ya le vale, porqué ... Me cago en la puta, porque te ha contado todo esto? Acaso pretendeis joderme la vida? - no pude contener la rabia, pero no alcé la mirada de la copa.
- Mirame, Alberto no tiene la culpa, yo he estado sacando información tanto a él como a Sergio, y tampoco hay que ser adivino para saber que es lo que te da miedo, y ya sabemos de lo que hablo. Alberto te ha visto llorar, y sabes que eres su punto débil ... Tú, la que todo lo calcula, la que no cree en los sentimientos, y mucho menos en el amor, la que decía que todo es química, incluso hiciste el trabajo para la universidad, te acuerdas?
- Dios, ... - esta vez era yo la que revolvía mi pelo, me había hecho recordar - claro que me acuerdo de ese trabajo, y ya sé por donde vas, así que para de una puta vez. Os creéis que no puedo enamorarme? - al decirlo me di cuenta que su mirada volvió a clavarse en mí.
- Por fin, al menos esta vez lo escucho de tu boca - comenzó a jugar con su copa y su pelo - sólo espero que te deje jodida igual que tu lo hiciste conmigo, pero sabes qué, yo seguiré estando ahí.
- Pero tu eres gilipollas?! Acaso te prometí amor eterno? Las cosas estaban muy claras, mira yo no puedo seguir con esta conversación. Dijimos que no volveríamos a hablar de esto por tu bien, pero parece que te guste revolcarte en la mierda. Y eres un puto ruin, jamas he deseado que te hagan daño.
- Solo quiero que veas lo que te va a pasar y evitarlo, entiendo que ahora me odies, que no quieras el viaje, pero piénsatelo, ya te he asegurado que no te voy a tocar ni un pelo, ni nada por el estilo, sólo quiero enseñarte New York
- Mira son las cinco y media y creo que ya es suficiente, ya basta , me voy. - sin mirarle me levanté de la silla.
Tan solo quería correr, cogí mi bolso, llevaba dos horas hablando de tonterías, mis peores miedos habían salido a la luz, como trapos sucios y dolorosos. Porque nadie podía alegrarse por mi?
Cogí mi bolso me dirigí a casa sin mirar atrás, sin más, tan solo quería cambiarme, llegar a casa, irme a trabajar y no pensar. Pero, y si tenían razón?, ... Y si mis peores miedos eran la pura realidad y me estaba auto engañando? En el fondo sabia que no, tan solo recordar sus ojos y como me mira, no podía y no quería estar sin él.
Me di una ducha y me dirigí al trabajo, tenia cerca de 30 mensajes en el móvil, no quería mirarlos.