martes, 28 de julio de 2015

Ya no hay donuts rosas en el dunkin

Ya no hay donuts rosas en el dunkin, ni me voy a tatuar azul una casita. Ya no se como expresar todo el vacío, lo relleno de nada.
El día 24 fue el peor día de mi vida si es que existe un día peor, no lo recuerdo, fui al cine, sola, con las dos entradas que ya tenia compradas, fui a cenar a Barcelona, sola, me fui al Ambiente del sur, sola, y me fui a dormir al hotel; sí un hotel el cual ya había pagado y reservado para nosotros dos. Nosotros.... Imaginé mil veces, que vendrías, que llamarías, que acabarías como Jonh Cusack en Say anything declarandote bajo la ventana de ese hotel con un radio cassette. Ves en el fondo soy una romántica, o quizás demasiado freak... O ilusa.... No se cuantas lágrimas aguanta una cama ajena, pero desde luego ... Esa las aguantó de lujo.

Supongo que estarás genial, o eso al menos espero, así tengo motivos para olvidar lo negro del maldito día 24 y poder odiarte. Estoy a pocos km y siento como aún duele, no creo que la distancia cure todo...

Quizás esto no lo publique nunca por vergüenza, por rabia o simplemente porque sé que si necesito vomitar esto, es xq empiezo a curarme. Los muros se reconstruyen poco a poco, joder Ken Follet solo necesitó 1100 págs para construir una catedral, yo creo que un par de muros no costaran tanto.
Yo y mi humor ... Ya sabes.

Te contaría mas cosas que me han pasado y no precisamente buenas, pero creo que no mereces más dolor. Las pesadillas han vuelto y cada vez son peores pero ya me han dicho que es cuestión de tiempo; dicen que es  por el nivel de estrés y el no dormir; si ellos supieran ... No quiero que disfrutes con esto ni que sufras. Es más no creo ni que lo leas. Prefiero pensar que no has existido, una película, algo bueno que nunca me debió pasar.

Te he soñado mil veces borrando mi nombre y sustituyéndolo por otro, mi benvinguda amor de esa pizarra, los números, mis felicitats, mi elefante, mi dibujo, borrando nuestras fotos, borrando los buenos recuerdos. Te puedes creer que ahora odio los nooddles??? No puedo ni verlos.

Yo no sé como gestionar tanto dolor. Nunca he querido tanto a nadie, como para que te falte el aire y dejes de respirar de dolor.
Lo que te quise decir aquel viernes sí era muy importante, ahora ya no lo es para ti.
Y por fin puedo decir cosas positivas ...
Este es mi top five como en Alta Fidelidad:

- No olvido ni tu olor ni tu sabor
- Esa medio sonrisa cuando dices algo que no debes
- Tu sentido del humor
- Abrazos que curan
- Despertarme a tu lado y no sentir miedo

Te quiero y te echo demasiado de menos.

domingo, 21 de septiembre de 2014

En vano

Todo en vano. No podía sentir, ya no. 

El pequeño Duende la miró y al ver que no respondía a sus preguntas ni a sus caricias; empezó a zarandearla, le sacudió los brazos, las piernas, la cabeza. Pero no hubo respuesta alguna.

-Ay pequeña,... ¿no puedes hablar ni tocar, ¿Es eso? No se preocupe su Majestad que este humilde Duende velará por vuestra merced....

¿Tampoco sonríe Usted? Habré perdido mi chispa, o mi humor se ha quedado oxidado.

X desgracia Ella no pudo hacer nada, solo observaba, mientras intentaban hacerle reír sin ningún resultado. 

A algunas leguas de allí, nuestro protagonista, llevaba días sin descansar, sin comer, y descuidandose. 

Sus días se habían convertido en la rutina de levantarse con el primer rayo de sol y rastrear el bosque palmo a palmo. Y al llegar la noche volvía a casa desanimado, tambaleandose cuál alma en pena. Sólo le quedaban fuerzas para releer la carta una vez más. 

Cuantas lágrimas vertidas, cuántos sinsentidos, cuántas ganas de volver a abrazarla y sentirla respirar en su pecho. Quizás ... ¿Amor? Se habia escapado entre sus dedos, y sentía la mayor desdicha que se pueda sentir, la soledad.

No era capaz de definir lo que sentía, quizás se habia enamorado?. No él nunca se podía enamorar, era frío, y enamorarse de Ella. No, no podía ser, o si?

miércoles, 14 de mayo de 2014

Las palabras mágicas

El pequeño duende veló por Ella siete largos días y siete largas noches. Al octavo día sus ojos se abrieron.
El Duende dio saltos de alegría y llenó de besos y babas Sus mejillas. Incluso unas pequeñas lágrimas brotaron de sus ojos de tanto júbilo como sentía en su interior.
- Pequeña mía! Ya estás de vuelta! Yuhu! - chillaba mientras seguía colmàndola de besos y achuchones.

Ella intentó calmar las ansias de felicidad del pequeño Duende, pero sus labios no respondían. Se agarró a su pecho para comprobar su estado. Nada. Sólo sombras. Ansiaba poder agradecer al minúsculo ser los desvelos de aquellos días, su cuerpo no respondió. Nuevamente, sombras.

Deseó poder llorar, chillar, correr, hablar, acariciar; al fin y al cabo sentir.

jueves, 3 de abril de 2014

La carta

Los días iban pasando, y la llave no aparecía. Buscó en cada rincón y no sirvió de nada, la caja se iba desmoronando por momentos, Él ya se había despedido de Ella para siempre y no le quedaba demasiado tiempo. Asi que en un momento de lucidez mental, pensó que no le podía decir todo lo que sentía a través de su voz, pero la maldición no decía nada de escribir. No sabía que la bruja había pensado en todo.

En el fondo sabía que era una despedida, pero antes de que se truncaese del todo necesitaba regalarle todo, muy a pesar de lo que advirtió la bruja y muy a pesar de ella misma.
Se dirigió al escritorio, cogió la pluma y la tinta y empezo a escribir:
Querido Tu,
Se supone que así empiezan las cartas, perdón por mi mala letra pero entre los nervios y la mala letra que tengo, no sé cómo saldrá esto. Ahí va mi lista:
- Te regalo todos los besos (infinitos para ser exactos)
- Te regalo los abrazos que curan (un millón de ellos)
- Te regalo mis lágrimas, todas ellas.
- Te regalo cada suspiro
- Te regalo todos mis "te quiero" mis "t'estimo" y mis "te necesito"
- Te regalo todo mi amor, porque eres a la única persona que he amado en mi vida, porque es así como se ama, desde el alma.
- Te regalo mis desvelos y mis sueños
- Te regalo mis ganas de sentir
- Te regalo " como sería el mejor día de mi vida"
- Te regalo esas vacaciones, fines de semana y todos los planes que no haremos.
- Te regalo la promesa de que nunca te irías.
- Te regalo el mejor sexo de mi vida.
- Te regalo los mejores momentos que he pasado contigo.
- Te regalo todas las sonrisas y caricias.
- Te regalo la sensación de ser feliz y estar protegida entre tus brazos.
- Te regalo todo lo que me quedaba por darte y que ya no te podré dar.

P.D. Espero que seas feliz porque te mereces lo mejor.
Firmado: Yo.

A medida que iba escribiendo, sentía como su interior se iba destrozando. Firmó, y de sus manos comenzó a deslizarse la pluma entre sus dedos hasta caer al suelo; mientras, se agarraba al pecho fuertemente. Su interior se rompió casi al completo, tan sólo quedaba la cerradura y varios trozos minúsculos de lo que un dia fue la caja. No podía llorar y desahogarse porque le habia regalado sus lágrimas, no podía huir porque no tenía donde ir.
Ya sólo le quedaban fuerzas para entregar esa carta, donde dejó todos sus sentimientos.
Asustada y medio aturdida, de tanto dolor y vacío que habia dejado en Ella, se dirigió al bosque dónde sabía que le encontraría. Al fin lo alcanzó, se acercó; sigilosa y sin mediar palabra le entregó aquella carta. Él, tan solo, la guardó en su bolsillo y se acercó a abrazarla para consolar su dolor, en vano. Ella se apartó, y lo alejó, le había regalado todo y no podía arriesgarse a perder lo poco que le quedaba. Debía afanarse en encontrar la maldita llave o su interior moriría.
Se acercó nuevamente a Ella y rozó su mano.
En ese instante, comenzó a nublarse todo y se desplomó en el suelo, el simple roce de su cuerpo consiguió que todo se rompiese. Unas carcajadas se escucharon desde las entrañas de la tierra. Unos pasos asustaron a nuestro protagonista; miró su cuerpo inerte en el suelo y huyó todo lo rápido que sus piernas le permitieron.

Allí yacía en el suelo, sóla. En su interior la esperanza se apagó, y empezó a arragairse el tormento y la oscuridad, los sentimientos que le quedaban se habían ido con el viento. Ya no quedaba esperanza para Ella. O tal vez si?

Horas más tarde y sintiéndose culpable, Él volvió al lugar donde Ella yacía. Se adentró en el bosque para recuperar su cuerpo. Ya no estaba allí. Se maldijo para sus adentros, y se arrodilló en el suelo, y con sus manos tocó la tierra en busca de un calor que ya no estaba. En ese momento se acordó de la carta, la sacó tan rápido como pudo y comenzó a leerla. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos sin cesar, le había regalado todo y él se había despedido para siempre. Lo que Él no sabía, es que nunca iba a poder volver escuchar de sus labios ninguna palabra de amor, ni iba a sentir ninguna de las cosas que Ella le había regalado.

No muy lejos de allí, en una minúscula casa, un pequeño duende velaba aquel cuerpo. Terribles pesadillas se adueñaban de su mente, y hacían que de sus labios solo saliesen gemidos de dolor. 

miércoles, 12 de febrero de 2014

La caja

Contuvo la respiración, extasiada, extraña y desnuda. Ella se sentía desnuda de cuerpo y alma. Apoyó su cabeza al lado de la suya y sonrió como pudo. Su corazón latía con desenfreno, desbocado, y sin calma alguna. Le miró a los ojos y ahogó un te quiero, que nunca pronunció. No podía pronunciar esas palabras, se los había regalado todos y ya no le quedaba ninguno en la caja de los secretos, ya se lo advirtió la bruja. Por un momento se sintió vacía, sin un resquicio de esperanza al que aferrarse.

- Que te pasa? - preguntó él, mientras la miraba extrañado.
- Nada, sólo te miro. - susurró mientras redirigía su mirada de los ojos de él a su pecho. Sintió que por un momento se ruborizaba.

Acarició su pecho y deslizó su oido hasta el mismo para poder escuchar su corazón. Latía normal. Sintió que se resquebraja un trocito más de su pecho.  Había hecho caso omiso de las advertencias recibidas, y mandó silenciar sus pensamientos al aceptar el pacto.

Hablemos del pacto para que entendáis el cuento. Hace mucho, mucho tiempo, un ogro secuestró a una niña y la castigó en la más oscura de las mazmorras; tras realizar un hechizo, le robó la inocencia, la alegría y la posibilidad de amar. La dejó encerrada rodeda de tinieblas y tristeza.
Una bruja que pasaba por las mazmorras en busca de alguna alma, le ofreció un pacto. Si aceptaba convertir su corazón en una caja la liberaría de la mazmorra y no volvería a sufrir jamás, pero tendría que guardar para siempre la llave. Ya que si alguna vez se abría, la caja se rompería poco a poco cada vez que regalase parte de su amor, la razón se apagaría y las lágrimas volverían a brotar de sus ojos, hasta que su alma volviese a la penumbra. Sólo podría parar la descomposición si la volvía a cerrar, y solo podría recomponerla de una forma. Lógicamente, la bruja no se iba a arriesgar a que la niña pudiese pronunciar la forma de hacerlo, asi que el hechizo se completaba con el hecho que la niña jamás pudiese decir como recomponer la caja.

Se había abierto la caja y, ella, no encontraba la llave para poder cerrarla. Tenía que darse prisa para recuperarla o no podría volverla a cerrar.

Muy lejos de aquella habitación, la bruja comenzó a reírse para sus adentros, hasta que una carcajada malvada salió de lo más profundo de su ser, retumbando en todas las paredes, de aquel castillo, situado en lo más profundo del infierno.

martes, 11 de febrero de 2014

Mariposas

Hacía mucho tiempo que esperábamos estar juntos, sin pensar en el dichoso reloj que siempre hacía que acabásemos en esas despedidas tan amargas. Necesitábamos sentirnos cómo siempre deseábamos.

Llevaba todo el día pensando en él, en sus manos, sus besos, sus ganas de poseerme y sentirme. Nos debíamos eso y mucho más. Deseaba su lengua por toda mi piel, sentía escalofríos por todo mi cuerpo con tan sólo pensar en cómo me tocaba. Y allí estaba, metida en el tren, excitada, mirando como pasaba el tiempo metida en ese cubículo y las ganas que tenía de sentirme deseada, cómo sólo él me hace sentir. En mi cabeza no dejan de reproducirse flashes de las veces que nos habíamos acostado, casi como si de una película porno se tratase.

Llego nerviosa, aún no sé como puede hacer que afloren mis bajos instintos con tan sólo mirarme. Siempre tiene esa sonrisa que hace que me derrita, le deseo, como nunca he deseado a nadie, y en  mi cabeza retumba el sonido de sus jadeos; lo quiero desnudo, ya. Se acerca con esa mirada infantil, esos ojos que se clavan en lo más hondo de mi ser y me da un beso dulce, casi rozándome los labios. Me dirige pausadamente hasta el hotel; nuestra conversación cada vez es más fluida, vamos conociéndonos mucho más y bromeamos sobre cómo nos ha ido el día; por un momento olvido dónde estábamos y que una cama nos está esperando.
Subimos en el ascensor y no puedo evitar acercarme a besarle, le necesito, hundí mis labios en los suyos y nuestras lenguas empezaron a jugar, se necesitaban; lo apreté más hacia mi, quería su cuerpo. Tercera planta, y las puertas se abren, limpio sus labios con mi pulgar y me giro para salir, acto seguido recibo un cachete en el culo a modo de reprimenda. Le miro y sonrío como una quinceañera, como si en realidad no hubiese hecho nada para excitarle.

Llegamos a la habitación y dejamos nuestras cosas con calma, nos desprendemos de algo de ropa y se tumba en la cama, me acerca a él con fuerza, con esas manos que tanto placer me dan. Y acaba poniéndose justo encima de mí para besarme con necesidad, como siempre lo hace. Comienzo a perderme entre sus besos, hunde su boca contra la mía con desespero y su lengua empieza a entrelazarse con la mía. Quiero tenerlo dentro de mí, así que comienzo a desnudarle; le quito la camiseta y veo su torso, empiezo a acariciarle el vello de su pecho hasta llegar a su ombligo. Empiezo a notar su erección presionándole los pantalones, por lo que continúo con su cinturón. Pero él hace que pare, me coge de las muñecas y hace que me estire del todo. Acaricia mis pechos por encima de la camiseta con mucha suavidad y su boca se entreabre para jugar con mis pezones; me mira con esa cara de deseo que hace que me vuelva loca. Me quita la ropa con tanta rapidez, que su lengua y sus manos ya se encuentran jugando con mi pecho, mientras, me mira fijamente a los ojos. ¿Cómo puede excitarme tanto, esos ojos hacen que empiece a palpitar todo mi cuerpo? Le digo que no puedo más y que le necesito dentro de mí, que necesito que me haga suya.
Me sonríe pícaro, y sigue bajando, recorriendo con su lengua todo mi cuerpo hasta llegar a mi sexo, separa mis piernas con dulzura; sólo con notar su aliento excitado entre mis piernas hace que un temblor recorra todo mi cuerpo y el primer gemido salga de mi boca. Siento el calor de su boca y vuelvo a gemir, uno de sus dedos se adentra en mí mientras lame y succiona sin parar. Estoy muy excitada y un espasmo da previo aviso a lo que va a suceder, llego al clímax y hace que me desate y grite de placer.  Eso hace que se levante poco a poco, mientras yo siento contracciones en mi cuerpo que hace que suplique por su notar su erección dentro de mí; y termine de desnudarse y se adentre en mí. Nuestro primer gemido juntos hace que se rompa el silencio en la habitación, mis músculos se contraen de la necesidad de sentirle, y comienza a tomarse su tiempo mientras está encima de mí. Le acerco más y comenzamos a besarnos mientras nos decimos mil vulgaridades que nos encantan y excitan, su saliva recorre mi boca mientras nuevamente llego al clímax.
- Disfrútalo cariño, disfrútalo - jadea.
Hace que llegue una y otra vez, hasta que empiezo a notar como su pene está más duro que nunca, en ese momento me lo susurra al oído y me pide que pare, pero no puedo parar y nuevamente hace que grite de placer. Se aparta de mí y se queda de rodillas, y no puedo evitar acercarme cual animal caliente, y gemir al ver su erección. Entreabro mi boca y me humedezco los labios con deseo, la rozo con mi lengua y la humedezco, no puede evitarlo y la mete en lo más hondo, hasta llegar a mi garganta, como le gusta. Empiezo con un ritmo casi desenfrenado a succionarla, sabe lo que deseo, así que deja que le acabe. Me agarra del pelo y me mira excitado al máximo, no sabe cuanto me excita; su pene empieza a palpitar, y me pide que no pare, hasta que se entrega a su propio placer, gritando y llenándome toda la boca de su orgasmo.

Extasiados nos tumbamos en la cama y comenzamos a hablar de nuestras cosas. Empezamos a acariciarnos nuevamente, nuestros cuerpos responden al instante.
- Ahora vamos a hacerlo más tranquilos, cariño - susurra en mi oído.
Esas palabras hacen que me excite aún más y nos convirtamos en esos dos animales en la cama. Nuestros cuerpos desnudos nuevamente se entrelazan y lo hacemos de todas las maneras posibles, pausados, rápidos, delicados y rudos; nos decimos mil barbaridades que me excitan demasiado, complaciendo nuestros deseos sexuales; y volvemos a acabar extasiados de tanto placer y tanto amor.
Nunca había conocido a nadie como yo, con tanto apetito sexual, con tantas de ganas de dar placer y recibirlo, porque la mejor manera de expresar el respeto, el deseo, y el amor por mucho que digan es mediante el sexo. Porque nos enamoramos de esa manera, en las conversaciones de antes, durante y después del sexo.

Vamos a la ducha y cómo dos adolescentes aún nos miramos con deseo, me excita verlo debajo del agua, cómo el agua recorre su piel, siento como el agua tibia con sus gotas bajan delicadamente desde su cabeza hasta sus pies; y no puedo evitar tocarle. El agua resbala por su cuello hasta chocar con mi mano que se ha quedado paralizada en su pecho. No puedo parar de contemplarle desnudo,  mi respiración se acelera. Se acerca a mí:
- Date la vuelta que te voy a enjabonar - nuevamente esas palabras hacen que mi cuerpo palpite.
Sus manos recorriendo mi cuerpo y enjabonándome, hacen que me humedezca, y no por el agua que me recorre. Dedica su tiempo a cada rincón de mi piel, y con delicadeza limpia todo mi cuerpo, llenándome de deseo. Hago lo mismo con él y le limpio todo el cuerpo, aunque no puedo parar de pensar en que me penetre.

Estoy muy excitada, miro la hora, esta vez, es porque tenemos que ir a cenar, no porque tengamos que despedirnos y es un alivio, no sé cómo de mi boca sale:
- Mmmm uno rapidito, y nos vamos?
No me da tiempo a reaccionar y cómo ha salido de mi boca esa pregunta, ya está encima de mí, se adentra en mí con toda su envergadura, no le cuesta nada porque estoy húmeda desde hace rato; no por la ducha, sino de tanta excitación acumulada, y me lo hace rápido y fuerte cómo sabe que me gusta, haciendo que no pare de gritar de placer. Se agarra a mis nalgas y yo a las suyas y mientras nuestras lenguas hacen lo mismo que el resto de nuestros cuerpos, empiezo a deshacerme llegando al primer orgasmo. No cesa en sus embestidas rápidas y feroces, eso hace que me excite aún más y que todo mi cuerpo se pierda y vuelva a tener otro orgasmo, acto seguido llega el suyo; y cuando acaba de derramarse hasta la última gota en mi vientre, con una sonrisa en los labios jadea:
- Uno rápido eh? te encanta que te lo haga así.
Claro que me gusta, absolutamente todo lo que hacemos, la habitación está impregnada de sexo, ese olor me embriaga. Parece que nunca tengamos suficiente, jamás había sentido el sexo de esta manera. Nadie me había tratado como él; con tanto amor y delicadeza.

Comenzamos a vestirnos para irnos a cenar, él había buscado un vegetariano cerca del hotel dónde estábamos; siempre tiene esos detalles que hacen que me enamore más cada vez más. Hace que todo sea fácil y que cada vez le necesite más.
Estamos cenando y hablando tranquilamente, relajados. Me doy cuenta que nunca había estado así con nadie, hace que me sienta deseada, amada, especial y sensual. Sigue mirándome como el primer día con asombro, como si nunca hubiese visto a nadie como yo, como si hubiese estado esperándome desde siempre. Hace que desee cada uno de sus gestos de cariño. No sabe lo que me excita escuchar su voz, es tan sexy y sensual, que hace que un susurro de su voz haga que palpite lo mas profundo de mí, como si una bandada de mariposas recorriesen todo mi cuerpo.
La cena está siendo de lo mas entretenida, y nos tomamos una copa en un local al que él quería ir. Al salir nos dirigimos nuevamente al hotel, y se para en un banco, se sienta, y alarga su mano hasta coger la mía y me acerca a él, me besa suavemente y me abraza. Esos abrazos que curan, nos quedamos inmóviles, sintiendo como palpitan nuestros corazones, al unisono. Nos separamos y vamos al hotel.

Llegamos a la habitación, y comenzamos a desvestirnos para dormir, dormir por decir algo. Se sienta en la cama desnudo, y me besa abriendo la boca e introduciendo su lengua que empieza a jugar con la mía hasta llevarme hasta él y hacer que me siente a horcajadas, nuestras lenguas siguen jugando y noto como su erección crece debajo de mí. Se deja caer sobre la cama y yo trepo por encima de su cuerpo, hasta verle en el espejo que se me había olvidado comentar que estaba en la habitación y tanto me había excitado. Cojo su erección y la introduzco soltando un gemido. Me encanta esa sensación de su pene duro dentro de mí, en ese primer instante.
- Quiero que me folles - logro decir
- Me vuelves loco - susurra en mi oído mientras me agarra de la nuca con una mano y con la otra mi culo para penetrante hasta el fondo.
- Jodeerrrr
Empiezo a mover mis caderas en círculos, haciendo que se ahonde en lo más profundo, le agarro de los antebrazos y mi ritmo se hace más intenso buscando el placer que me da, mientras me azota y hace que todo sea mas intenso.
- Me encantas cariño, correte para mí, grita. -
Y acto seguido como si se tratase de una orden, chillo de placer mientras le araño la espalda de intentar cogerle más fuerte; él no para de moverse para hacer que mi orgasmo dure más y sea más intenso, cuando termino de correrme, me agarra nuevamente de las nalgas y sin salirse de mí me gira y se pone encima. Me agarra fuerte y empiezan esas embestidas profundas y pausadas que tan loca me vuelven, vuelvo a vernos en el espejo y eso me excita más.
- Te gusta eh - suspira mientras se introduce en mi de golpe dejandome sin respiración
- No pares, no pares follame, cariño!
Y no deja de hacerlo, se introduce en mi con la fuerza de un animal, haciendo que llegue a un sinfín de orgasmos hasta que por fin, apretando los dientes y saliendo de mí, termina con un gemido seco y sonoro.
Se deja caer encima de mí, ambos extasiados y mojados; me besa y me acaricia, me abraza hasta quedarse dormido. Le observo y le beso mientras duerme, es tan dulce.
Intento alejarme un poco para dejarle espacio para dormir, aún dormido frunce el ceño, me abraza más fuerte y me acerca más a él. No puede soportar que me aleje ni si quiera cuando duerme.

lunes, 6 de enero de 2014

Conversaciones en la tercera dimensión

Son las tres de la mañana, estoy en la cama con mi sobrina durmiendo. Tras preparar los Reyes como buen Melchor que soy, y pasar una noche tranquila viendo como mi sobrina aún sigue siendo inocente, ...comienza a sonar mi teléfono. Asustada, corro a la mesita, con desespero, casi como si me faltase el aire. Ha pasado algo, joder. Mi cabeza empieza a regir, joder, se me cae el móvil al suelo y creo que me va a dar algo, joder estoy en casa de mis padres, todo está bien ... Quien Coño llama a estas horas? Por fin reacciono, estoy en casa, mis padres están bien, mi sobrina está bien. Quien llama? Cojo el móvil del suelo como puedo, medio dormida y frotándome los ojos. Es Mr. Grey. Acierto al botón verde y acercó el teléfono a mi oreja.

- Joder que susto me has dado! Que pasa? - consigo decir tras mi despertar horrible.
- Podemos hablar? - consigue decir entre balbuceos.
- Vas borracho? - Consigo formular la pregunta, aunque mas bien es una afirmación. Pero que clase de imbécil llama a las tres de la mañana el día de Reyes borracho como una cuba? Esto me está superando, e intento calmar mis deseos irrefrenables de cometer un asesinato sin premeditación.
- He bebido un poco, emmmm (pausa) estoy en la portería de tus padres. ¿Puedes bajar?
Se hace una pausa en mi cabeza, ya que intento no parecer una psicópata, o por lo menos que mi voz o mi contestación no suene a eso. Salgo de la habitación, dejo a mi sobrina tranquila durmiendo, y voy a la cocina, allí tengo los cuchillos cerca.
- Emmmm ... ¿Sigues ahí? ... Puede que no haya sido buena idea.
- ¿Puede...? Pero se te ha ido la olla por completo? En que coño estabas pensando?
- Necesito hablar, ¿puedes bajar o no? He estado hablando con Alberto y creo que tenemos que hablar.
- Buff, dame diez minutos.

Consigo enfriar mi cabeza, aunque interiormente llevo un cabreo descomunal. Me hierve la sangre, y el enfado va creciendo a medida que me voy quitando el pijama, y voy vistiéndome para poder salir a la calle. Aún me estoy cuestionando el hecho de qué estoy haciendo, y porqué mis amigos creen que mi disponibilidad es de open 24 hours. Sigo enfureciéndome más, y mi cabeza va a explotar en cualquier momento de tanta sangre acumulada.  Bajo las escaleras y lo veo plantado en la puerta. Abro la puerta de cristal con el mismo cabreo que llevaba cuando he cogido el móvil.

- Se puede saber que coño le pasa a tu cabeza? - es lo primero que sale de mi boca, sin pensarlo, sin más, tan solo quería entender que le pasa a alguien para despertar a otro a las 3 de la mañana.
- Tenemos que hablar, y creo que este es el momento ... Emmmm vamos a tomar algo, sabemos que hay algo abierto.
- No, no voy a tomar nada, pero que poyas te pasa?, joder que coño haces llamándome a estas horas borracho como una puta cuba? - creo que a veces soy demasiado mal hablada. Pero la sangre me hervía.
- Es en serio, tenemos que hablar, Alberto y yo hemos hablado y ...esto no es .... Como lo dirías tu - sonrió - SANO
Dijo cada letra de la palabra SANO como si le fuese la vida en ello.
- Me cago en la puta, que coño quieres y ?... Alberto es gilipollas. ¿se puede saber de que coño habéis hablado?
- Vamos a tomar algo tranquilos, tenemos que hablar de esto muy en serio - alzó su mano y acarició mi cara, el acto reflejo fue inmediato, alcé mi mano y la aparté de mi cara.
- Te lo pido muy en serio, para, ..., no quiero mas juegos ni mas tonterías, hablamos, tomamos algo y me voy. Eso si, tienes dos horas y no quiero escuchar gilipolleces - sentencie, estoy harta de escuchar tonterías, idioteces y a esas horas menos. Dirigí mis pasos al único garito que conocíamos que a esas horas estuviese abierto. Él me seguía, sus manos metidas en la americana y con cara de no haber roto un plato,mientras yo, solo pensaba en partirle la cara.

Nos sentamos, pedí un par de copas, la suya por supuesto sin alcohol y tras sentarme en el sofá tan solo espeté
- qué coño te pasa? No quiero escuchar escusas ni gilipolleces
- Emmmm te acuerdas de lo que el otro día dijo Rafa, respecto a tus ojos?
- Se puede saber que coño os ha dado a todos por mis putos ojos? Joder, solo me veis triste, no os alegrais por mi - y de repente Alberto vino a mi mente - ... Que te ha dicho Alberto? Y no quiero tonterías, ni mentiras.
- De verdad quieres saber lo que pensamos todos? - cogió mi mano fuerte, sin darme tiempo a apartarla y me miro a los ojos. Tiré de mi mano y conseguí salvarla de una amputación.
- Quiero saber lo que escondeis y lo que habláis, ya basta! - y grite como hacia años no hacia.
- No creo que te convenga encabronarte antes de saber que Alberto no tiene la culpa, llevo tiempo sonsacándole algunas cosas, incluso mi hermano piensa lo mismo y ...
- Tu hermano? Pero que pasa, os aburría hablar del tiempo? Y hablar de mí a mis espaldas, ... sois patéticos. - deseaba mandarlos a todos a la mierda y chillarles a cada uno de ellos.
- Puedes escucharme un segundo? Alberto, Sergio, no tiene nada que ver con que te critiquemos, no creas eso un solo segundo - se revolvió el pelo y soltó un bufido desde lo mas profundo de su alma.
- A ver, imbécil, dime lo que tengas que decir, estoy harta de todos vosotros y sobretodo de ti, te crees que puedes .... Te crees que puedes meterme en una burbuja, que nadie me hable, que nadie me mire? Pero es que no ves, que siempre la lías por semejante idiotez como que un amigo se acerque a darme dos besos. Tu te crees que es normal lo de fin de año? - cogí carrerilla - Siempre hacéis lo mismo, y tú - lo señalé directamente a la cara - y tú deja de hacer de superheroe por la vida.
- No sigas por ahí, te lo advierto - me interrumpió y su tono sonaba igual de amenazante que una madre con una zapatilla en la mano - si sigues por ahí vas a hacerme decir cosas que no quiero. - volvió a revolverse el pelo, sabia que estaba nervioso porque ese tic lo teníamos ambos.
Me envalontené, cogí la copa le di un trago largo y continué con el discurso: - Vaaaa dímelo, no has venido a eso, borracho, dime lo que tengas que decir y deja de hacerte el Mr Grey, sabes que eso no te funciona conmigo, dímelo va! - esta vez el tono más bien chulesco era el mío.
- Emmmmm, esto va a doler, pero tu lo has querido - volvió a sonreír, creo que lo odiaba con toda mi alma, esa sonrisa cínica, hacia que me enfureciera más - emmm aun no nos creemos que estés así, y yo mucho menos. Se supone que tenemos que creer que ... Es igual
- Sigue - dije, aunque sabía que eso iba a doler y mucho, esas declaraciones no iban a ser fáciles de digerir.
- No me creo, que, como lo vas a aguantar? En serio, como lo vas a hacer? Cuando vas a salir corriendo? Sabes que no encajas en su vida y eres TU - nuevamente enfatizando y señalándome - la primera que crees que no encajas y que eres un capricho. Que vas a hacer cuando se aburra? Sabes que lo hará, ... No eres la típica mujer a la que alguien presentaría en una fiesta familiar . Lo sabes. Sigo? ....
Enmudecí, no sabia que decir, realmente quería escuchar mis peores miedos? Era tarde y no supe reaccionar.
- Sigue ..
- Sabes que eres SU capricho, que no vas a ser nada mas allá que alguien que ha pasado. Aunque no lo creas, no vas a estar en su pensamientos para siempre. Durante cuanto tiempo? Tan solo te quiere en su cama y nada más, tu eres la primera que lo dices.- frotó nuevamente su frente, cada vez me parecía menos borracho - Que te está pasando? En serio la señora fría se ha enamorado? Y que harás cuando te de la patada? Llorarás a solas como siempre, no pediras ayuda a nadie y,.... Y no apreciará una mierda lo que ha tenido. Joder que te ha hecho?
- Vale ya!, te lo pido por favor, no me merezco esto, en serio. - me hice la fuerte y no solté ni una lágrima, pero sabia que todo eso lo había pensado, se lo había dicho a Alberto y ahora salía de su boca, con mil puñales directos a mi corazón.
- Voy a seguir, me arriesgo a todo lo que me puedas negar. Crees que te va a querer? que te quiere de verdad? Ni siquiera tú sabes lo que es querer a nadie a decir verdad. Joder como empezar con todo esto.... No te voy a negar que en este tiempo no me he acostado con nadie, no te voy a mentir, pero....
- Que mierdas quieres decirme.? Que nadie me puede querer? Que no me merezco a nadie? Y, se puede saber, que coño me importa a mí a las tías a las que te has tirado?
- Por favor escucha - volvió a cogerme del brazo - claro que te mereces a alguien, que te quiera como eres, eres .... Perfecta. Quién no se iba a enamorar de ti? Escuchame, y esta vez de verdad, te lo daría todo, absolutamente todo, sabes de lo que soy capaz. Nunca te ha visto mal, lo sé, como va reaccionar? Y tus ataques de pánico? Y tus pesadillas?
- Se pude saber a que viene esto? - arrastre mi brazo, tan solo quería huir, y mire a mi alrededor.
- A que viene? A que yo no aguantaría que te fueses con él, entiendo sus celos, yo estoy que ... Nunca has sentido esto por nadie, que te ha hecho?
- Se puede saber a que viene tanta pregunta tonta y tanta gilipollez sin acabar?
- Joder, que es verdad, que ofrecí buscarle trabajo a Alberto porque sé que es lo mas importante para ti, y así poder arrastrarse con él. No lo entiendes? Sabes la suerte que tiene? Ojala pudiese echármelo a la cara y decirselo, porque vas a ser un juguete. Y por supuesto que voy a estar para recoger tus pedazos, pero... No quiero que té haga daño. Sabes que te juré que jamas volvería a hablar de lo nuestro porque para ti ...sabemos lo que fue para ti, pero para mi no. Y te lo daría todo, no dudaría un segundo ... Lo que me pidieras, tan solo tendrías que abrir la boca y lo tendrías ... Dime algo, por favor.

Callé, tan solo callé, me importaba muy poco esa declaración de principios o de lo que coño fuese, tan solo pensaba en mis miedos. Era verdad, por mucho que le quisiera, ... ¿y si tan solo era un capricho? Y si .... Tantas cosas.... Tantos miedos. Quería correr. Es verdad que siempre he pensado que no soy la típica chica que nadie presentaría a sus padres, tampoco lo quería pero ... No encajaba en su vida, eso lo sabía.

- Dime algo, no te calles, dímelo ... Si quieres cancelar todo lo entenderé. Pero quiero que sepas que jamas te tocaría, lo sabes, ante todo sigues siendo mi amiga, y para mi es lo mas importante. .... Mirame... - acarició mi mano nuevamente y la volví a apartar - no me alejes de ti.
- Sois unos gilipollas y por supuesto os podéis meter vuestras opiniones por el culo. Os pensáis que todo es perfecto ... Iros a la mierda, y tú el primero, me conoces, no necesito un guardaespaldas, ni que me compres. No entiendo a que viene esto, y Alberto, ya le vale, porqué ... Me cago en la puta, porque te ha contado todo esto? Acaso pretendeis joderme la vida? - no pude contener la rabia, pero no alcé la mirada de la copa.
- Mirame, Alberto no tiene la culpa, yo he estado sacando información tanto a él como a Sergio, y tampoco hay que ser adivino para saber que es lo que te da miedo, y ya sabemos de lo que hablo. Alberto te ha visto llorar, y sabes que eres su punto débil ... Tú, la que todo lo calcula, la que no cree en los sentimientos, y mucho menos en el amor, la que decía que todo es química, incluso hiciste el trabajo para la universidad, te acuerdas?
- Dios, ... - esta vez era yo la que revolvía mi pelo, me había hecho recordar - claro que me acuerdo de ese trabajo, y ya sé por donde vas, así que para de una puta vez. Os creéis que no puedo enamorarme? - al decirlo me di cuenta que su mirada volvió a clavarse en mí.
- Por fin, al menos esta vez lo escucho de tu boca - comenzó a jugar con su copa y su pelo - sólo espero que te deje jodida igual que tu lo hiciste conmigo, pero sabes qué, yo seguiré estando ahí.
- Pero tu eres gilipollas?! Acaso te prometí amor eterno? Las cosas estaban muy claras, mira yo no puedo seguir con esta conversación. Dijimos que no volveríamos a hablar de esto por tu bien, pero parece que te guste revolcarte en la mierda. Y eres un puto ruin, jamas he deseado que te hagan daño.
- Solo quiero que veas lo que te va a pasar y evitarlo, entiendo que ahora me odies, que no quieras el viaje, pero piénsatelo, ya te he asegurado que no te voy a tocar ni un pelo, ni nada por el estilo, sólo quiero enseñarte New York
- Mira son las cinco y media y creo que ya es suficiente, ya basta , me voy. - sin mirarle me levanté de la silla.

Tan solo quería correr, cogí mi bolso, llevaba dos horas hablando de tonterías, mis peores miedos habían salido a la luz, como trapos sucios y dolorosos. Porque nadie podía alegrarse por mi?
Cogí mi bolso me dirigí a casa sin mirar atrás, sin más, tan solo quería cambiarme, llegar a casa, irme a trabajar y no pensar. Pero, y si tenían razón?, ... Y si mis peores miedos eran la pura realidad y me estaba auto engañando? En el fondo sabia que no, tan solo recordar sus ojos y como me mira, no podía y no quería estar sin él.
Me di una ducha y me dirigí al trabajo, tenia cerca de 30 mensajes en el móvil, no quería mirarlos.